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¡Siempre donde menos te lo esperas!

El Libournais es un territorio con magníficos paisajes con lugares emblemáticos pero donde también se pueden descubrir lugares y actividades inusuales y vivir nuevas experiencias.
 Aquí, surfeamos el río, pedaleamos sobre el agua, podemos organizar una barbacoa en la isla, regalarnos un crucero por la Dordoña al atardecer, retroceder en el tiempo a bordo de trenes que han atravesado las edades, explorar nuestro ilustre viñedo pelo al viento en bicicletas eléctricas, ir a la caza de muchos tesoros y compartir momentos festivos inolvidables.

Un pasado orientado hacia el río y el comercio del vino aseguró la prosperidad de la región durante siglos y nos dejó un patrimonio único: la bastida inglesa de Libourne del siglo XII, magníficas iglesias, molinos y castillos en los recodos de hermosas ciudades...

Destino de la naturaleza

La naturaleza aquí se compone de paisajes ricos y variados, laderas boscosas, viñedos, ríos... que ofrecen circuitos de excursionismo, lugares de pesca y espacios naturales de interés ecológico. El río Dordoña y sus afluentes, denominados "Hombre y biosfera" por la UNESCO, son un tesoro que los habitantes de Libourne cuidan desde hace milenios.

Degustar los buenos productos locales.

¡Solo descubra los puestos del mercado de Libourne creado hace 600 años para descubrir la buena vida en Libourne!
Vamos por el menú:
Como entrante ofrecemos rillettes de lamprea, una especialidad de Gironda, o un poco de caviar de Saint-Seurin-sur-l'Ilse, ¡y luego foie gras de productores locales! Para el plato, la fiesta del pato continúa con una buena pechuga de pato o un poco de ternera con un chuletón de Coutras, cocinado con verduritas de productores ecológicos. Luego viene el bochorno de la elección de los quesos antes de un postre, ligero, a base de cannelés.